domingo, 29 de enero de 2012

sábado, 28 de enero de 2012

ADIVINANZAS DE LAS FRUTAS

Vamos a divertirnos jugando a las adivinanzas de las frutas ¡ADELANTE!
(Las respuestas vienen abajo)


1- Oro parece,


plata no es,


el que no lo adivine 


muy tonto es.


2- A mí me tratan de santa


y  traigo conmigo el día


soy rendonda y encarnada


y tengo la sangre fría.


3- Blanca por dentro


verde por fuera, si quieres


que te lo diga  espera.


4- El sol las madura,


las mano las cogen,


los pies las trituran

la boca las come.



5- En agua puse mi nombre
en agua se me quedó,
para que cate no sepa
cómo es que me llamo yo.







Respuestas:
1- Plátano
2- Sandía
3- Pera
4- Uva
5-aguacate

LA RUEDA DE LOS ALIMENTOS

Para que los niños vean la importancia de la fruta y también de los demás alientos necesarios para una buena alimentación aquí dejamos la rueda de los alimentos.


Una forma divertida de comer fruta: Piruletas de plátano y chocolate


Ingredientes:
  • 3 plátanos no muy maduros
  • 150 g de chocolate semi-dulce
  • 150 g de chocolate blanco
  • 3 cucharadas de mantequillas
  • Fideos de colores
  • Virutas de chocolate
  • 6 palitos de helado
  • Papel pergamino
Nota: Las cantidades pueden variar  según el  numero de niños que vayan a comerlos.

Preparación:
Paso 1: Pelar los plátanos y cortar cada uno por la mitad. Introducir un palito por un extremo para que parezca un helado. Poner los plátanos así preparados en el frigorífico mientras preparas el resto de ingredientes. Si los plátanos están fríos el chocolate se enfriará más rápidamente.
Paso 2: Poner una hoja de papel de pergamino en la encimera. Sacar los fideos de colores. Poner el chocolate semi-dulce y 1 ½ cucharadita de mantequilla en un bol. Poner el bol con el chocolate en el microondas al 100% de potencia durante 30 segundos. Remover y repetir. Repetir una tercera vez, si es necesario, hasta que el chocolate esté completamente derretido. Repetir el proceso con el chocolate blanco.
Paso 3: Tomar 1 plátano del frigorífico. Colocarlo en el papel de pergamino y echar el chocolate elegido en la parte superior. Girar el plátano para cubrir todos los lados.
Paso 4: Decorar el plátano con el topping deseado, virutas de chocolate o fideos de colores. Esperar alrededor de un minuto para que el chocolate se solidifique, luego volver a ponerlo en el congelador.
Paso 5: Raspar el chocolate del papel de pergamino y volver a añadir a la taza correspondiente. Re-fundir en el microondas durante 30 segundos si el chocolate se vuelve demasiado espeso para verter. Repetir el proceso de cubrir con chocolate y la decoración con los plátanos restantes.
Tras haber cubierto de chocolate y decorado todos los plátanos, guardarlos en el congelador durante 45-60 minutos. ¡A disfrutar!

¡A COLOREAR DIBUJOS DE FRUTAS PARA DIVERTIRNOS!

Padres y madres descargad e imprimid los dibujos de las frutas paraque coloreen y se diviertan mientras aprenden.




















Cuentos de las frutas

Aquí dejo un cuento para que los padres se los lean a los mas pequeños de la casa y juntos se animen a comer frutas.


Hace muchos, muchos años, todas las personas estaban fuertes y sanas. Hacían comidas muy variadas, y les encantaban la fruta, las verduras y el pescado; diariamente hacian ejercicio y disfrutaban de lo lindo saltando y jugando. La tierra era el lugar más sano que se podía imaginar, y se notaba en la vida de la gente y de los niños, que estaban llenas de alegría y buen humor. Todo aquello enfadaba terriblemente a las brujas negras, quienes sólo pensaban en hacer el mal y fastidiar a todo el mundo.
La peor de todas las brujas, la malvada Caramala, tuvo las más terrible de las ideas: entre todas unirían sus poderes para inventar una poción que quitase las ganas de vivir tan alegremente. Todas las brujas se juntaron en el bosque de los pantanos y colaboraron para hacer aquel maligno hechizo. Y era tan poderoso y necesitaban tanta energía para hacerlo, que cuando una de las brujas se equivocó en una sola palabra, hubo una explosión tan grande que hizo desaparecer el bosque entero.
La explosión convirtió a todas aquellas malignas brujas en seres tan pequeñitos y minúsculos como un microbio, dejándolas atrapadas en el líquido verde de un pequeño frasco de cristal que quedó perdido entre los pantanos. Allí estuvieron encerradas durante cientos de años, hasta que un niño encontró el frasco con la poción, y creyendo que se trataba de un refresco, se la bebió entera. Las microscópicas y malvadas brujas aprovecharon la ocasión y aunque eran tan pequeñas que no podían hacer ningún daño, pronto aprendieron a cambiar los gustos del niño para perjudicarle. En pocos días, sus pellizquitos en la lengua y la boca consiguieron que el niño ya no quisiera comer las ricas verduras, la fruta o el pescado; y que sólo sintiera ganas de comer helados, pizzas, hamburguesas y golosinas. Y los mordisquitos en todo el cuerpo consiguieron que dejara de parecerle divertidísimo correr y jugar con los amigos por el campo y sólo sientiera que todas aquellas cosas le cansaban, así que prefería quedarse en casa sentado o tumbado.
Así su vida se fue haciendo más aburrida, comenzó a sentirse enfermo, y poco después ya no tenía ilusión por nada; ¡la maligna poción había funcionado!. Y lo pero de todo, las brujas aprendieron a saltar de una persona a otra, como los virus, y consiguieron que el malvado efecto de la poción se convirtiera en la más contagiosa de las enfermedades, la de la mala vida.
Tuvo que pasar algún tiempo para que el doctor Sanis Saludakis, ayudado de su microscopio, descubriera las brujitas que causaban la enfermedad. No hubo vacuna ni jarabe que pudiera acabar con ellas, pero el buen doctor descubrió que las brujitas no soportaban la alegría y el buen humor, y que precisamente la mejor cura era esforzarse en tener una vida muy sana, alegre y feliz. En una persona sana, las brujas aprovechaban cualquier estornudo para huir a toda velocidad.
Desde entonces, sus mejores recetas no eran pastillas ni inyecciones, sino un poquitín de esfuerzo para comer verduras, frutas y pescados, y para hacer un poco de ejercicio. Y cuantos pasaban por su consulta y le hacían caso, terminaban curándose totalmente de la enfermedad de la mala vida.